La Propulsión Warp

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

El descubridor de la deformación del espacio, Zefram Cochrane se convirtió en uno de los más famosos científicos de propulsión en la historia de la Tierra cuando revolucionó el viaje espacial en 2063 con la invención de la propulsión warp, por lo que es posible viajar más rápido que la luz. Cochrane trabajaba con una amiga cercana, una ingeniero llamada Lily Sloane, quien le ayudó en la construcción de su nave warp: el Fénix, en un complejo de misiles abandonado en el centro de Montana en el continente de América del Norte.

Irónicamente, la Fénix fue construida originalmente como un arma nuclear de destrucción masiva. A pesar de la interferencia de un ataque Borg proveniente del futuro, Cochrane realizó el primer vuelo warp en 04 de abril 2063.
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Este vuelo histórico fue detectado por una nave vulcana que pasaba cerca de la Tierra y, por lo tanto, fueron los responsables directos de primer contacto de la humanidad con la comunidad interestelar al día siguiente de dicho acontecimiento. La motivación de Cochrane para la construcción de la Fénix había sido puramente comercial, y él se sentía incómodo con la fama y la adulación de la que posteriormente fue objeto, pero más tarde se dio cuenta de que era su individualidad lal que hizo posible este logro extraordinario.

Una década después de su histórico vuelo, Cochrane dijo “No trates de ser un gran hombre, acaba de ser un hombre, y deja que la historia se encargue de sus propios juicios.” En años posteriores, el nombre de Cochrane fue venerado por toda la galaxia conocida hasta entonces. Más tarde planetas, grandes universidades y ciudades fueron bautizadas con el nombre de él. Zefram Cochrane desapareció cerca de Alfa Centauri en 2117 a la edad de 87 años y se presume que había muerto en el espacio.
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La zona de Montana que alguna vez fue centro de lanzamiento de la Phoenix se convirtió en un monumento histórico. Una estatua de mármol de 20 metros se erigió allí, mostrando Cochrane señalando hacia el futuro.

DATOS TÉCNICOS

El Sistema de Propulsión Warp de una nave espacial (WPS) se compone de tres partes principales.
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En primer lugar, el conjunto de reacción materia/antimateria (M/AM) genera energía a partir de una destrucción controlada de la materia y la antimateria.

En segundo lugar, los conductos de transferencia de energía llevan el plasma de la energía de la cámara de reacción a las góndolas de los motores warp; en este punto, el poder de ejecutar la mayor parte de los distintos sistemas de propulsión de la nave se accede por el sistema de grifos de electroplasma (EPS).

Por último, el plasma se dirige a las góndolas de los motores warp, donde se utiliza para crear los mecanismos subespaciales necesarios para viajar más rápido que la luz.
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Mientras que una nave transporta combustible para sus reactores de fusión “tradicional”, la mayor parte de los sistemas de las naves depende del núcleo warp para su funcionamiento.

El campo subespacial necesario para propulsar una nave espacial a través de vastas distancias interestelares se crea mediante la combinación de la configuración específica del casco de la nave y las bobinas de campo warp situados en las dos barquillas del motor warp.
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Estas bobinas generan un intenso campo de capas múltiples que rodea la nave y, es la manipulación de este campo, el que produce un efecto de propulsión.

Cada góndola contiene una serie de bobinas de campo warp; cuando se activan, las bobinas causan un cambio de energía que en realidad cambia la geometría del espacio alrededor de la nave.
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Cuando las bobinas se activan secuencialmente, crean capas de campo warp que se prensan una sobre la otra y acumulativamente reducen la masa aparente del vehículo, lo que provoca que la nave pueda moverse más rápido que la velocidad de la luz.